¿Quién es este Jesús?
Lecturas: 1ra: Jer 11:18-20; Sal:7; Ev: Jn 7:40-53
Esta breve reflexión fue escrita por el Reverendo Padre Njoku Canice Chukwuemeka, C.S.Sp. Él es un sacerdote católico y un miembro de la Congregación de los Padres y Hermanos del Espíritu Santo (Espirítanos). Él está trabajando con el Grupo Internacional Espirítano De Puerto Rico y República Dominicana. Él es el administrador de la Parroquia La Resurrección del Señor, Canóvanas y el Canciller de la Diócesis de Fajardo-Humacao, Puerto Rico. Para más detalles y comentarios se puede contactarlo en: canice_c_njoku@yahoo.com, cancilleriadfh@gmail.com, canicechukwuemeka@gmail.com
En el Evangelio de hoy, vemos que hay opiniones diversas y mucha confusión entre las personas con respecto a Jesús. Sus parientes pensaron algo, y la gente pensaba algo diferente. Algunos dijeron: “¡Es un profeta!” Otros dijeron: “¡Lleva al pueblo desviado!”
Algunos lo alabaron: “¡Es un buen hombre!” Otros lo criticaron: “¡No es educado!” Cada uno tenía sus propios argumentos, tomados de la Biblia o de la Tradición. Pero nadie se acordó del Siervo Mesías, anunciado por Isaías.
Incluso Cristo mismo, sabiendo que muchos están confundidos acerca de su personalidad preguntó a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que soy?” Esta pregunta es muy relevante hoy en día. ¿La gente que vivía con Jesús estaba desconcertada de quién era, un profeta o el Mesías? Esto demostró que les hizo una gran impresión.
Sin embargo, no podían atreverse creer o aceptarlo como el Mesías. Muchos todavía no reconocen la grandeza de Cristo. Aquí hay dos maneras de acercarse a Jesús: algunos lo oyen, ven cómo vive, y lo aman y disfrutan de él. Otros vuelven a sus libros y discuten sobre sus calificaciones o perfil.
Tener el don de la fe en Cristo significa tener el don de la oración. Esto significa que tenemos el don de poder estar en contacto con Jesús a través del poder de su divinidad. Esto es más que “pensar en Jesús”, pero nos abre a la realidad de una estrecha amistad con él de acuerdo con nuestras personalidades.
Hay una pregunta importante que el Evangelio de hoy provoca para todos nosotros como cristianos. Nicodemo recuerda a los fariseos que la ley no permite que las personas sean juzgadas sin escucharlas primero. Los soldados vinieron a arrestar a Cristo, pero cuando lo oyeron hablar, se sorprendieron y lo dejaron.
Así que, la pregunta es, ¿hay alguien en mi vida a quien he condenado sin escuchar su versión de la historia?
¡La paz sea con ustedes!
¡Maranata!