Escuchando A Jesús y Prestando Atención Sólo A Sus Auténticos Profetas
Lecturas: (1o: Dt 18, 15-20; Sal: 94, 1-9; 2 º: 1 Co 7, 32-35: Ev: Mc 1, 21-28)
Este breve reflexión fue escrito por Padre Njoku Canice Chukwuemeka, C.S.Sp. El es un sacerdote Católico y miembro de la Congregación de los Padres y Hermanos del Espíritu Santo (Espiritanos). El trabaja en la Sanctuario del Espiritu Santo, en Dorado, Puerto Rico, del Internacional Grupo Espiritano De Puerto Rico y Republica Dominicana. Para más detalles y comentarios contacto él en:canice_c_ njoku@yahoo.com o canicechukwuemeka@gmail.com
En vista de miríada “voces profética” en nuestro tiempo que surgen diariamente en nombre del Señor (y nos deja confundido y explotado) para varias razones y motivos, en este cuarto domingo del tiempo ordinario, la madre iglesia nos anima para celebrar y escuchar atentamente a Jesucristo, el profeta y maestro que habla con autoridad. La iglesia también nos recuerda las consecuencias de no escuchar a Jesús, como auténtico profeta. Por otro lado, ella sin embargo nos recuerda las consecuencias de hablar falsamente en nombre del Señor para engañar a cualquiera o a los demás.
En medio de confusiones, incertidumbres, dificultades, enfermedades, carencia de trabajo, y varios problemas que afecta a la humanidad, a quien deberíamos escuchar o de dónde deberíamos esperar auxilio excepto “de Dios que hizo cielo y tierra.” Desafortunadamente, cuando estamos intimidados por estas circunstancias la tendencia es buscar en otras direcciones, y no escuchar al Señor. También, la otra tendencia de muchos profetas y maestros falsos es aparecer y pretender ser como los oráculos de Dios. Esto siempre dice: “Pobreza y las grandes dificultades son dobladores de la mente.” En situaciones como estas, según Karl Marx: “La Religión se convierte en el opio de las masas o gente,” quien con impaciencia están buscando de solución a sus problemas. Situaciones difíciles pueden romper la voluntad de una persona, y así pues se presenta la oportunidad para la explotación y manipulación por falsos profetas y maestros. Hoy, esto es una enfermedad seria de nuestra sociedad que desafortunadamente puede continuar si rechazamos escuchar solo a Jesucristo y sus profetas auténticos.
Una vez más, en una situación como la de hoy día, donde hay muchos profetas que están llamando y gritando para ser escuchados, y pretendiendo hablar en nombre del Señor, ¿Qué hacemos? Mis queridos hermanos, hoy en nuestra primera lectura de Deuteronomio, Dios nos prometió un gran profeta y ha cumplido esta promesa en Cristo. En su parte, Cristo ha instituido para Él mismo auténticos ministros para llevar sus palabras proféticas. Así pues, todo lo que necesitamos es estar cerca a Jesús y escucharlo a Él, y sus profetas auténticos. Si estamos atentos a Él, no seremos engañados por falsos profetas en nuestra circunstancia. Estos es porque, Dios nos advirtió por Moisés: “Algunos no escucharán mis palabras, las que este profeta anuncie en mi nombre, yo mismo le pediré cuentas de ello.” En otros verbos, no debamos descuidar las enseñanzas de Jesús, y las de sus auténticos profetas y, fieles testigos. Por otro lado, Moisés nos advirtió que evitáramos la intensión de ser falso profeta o pretender falsamente hablar en nombre del Señor: “Pero si un profeta tiene la presunción de decir en mi nombre una palabra que yo no he mandado decir y si habla en nombre de otros dioses, ese profeta morirá.”
El evangelio de hoy continúa explicando el ministerio de Jesús el gran profeta y maestro. Como el profeta prometido, Marcos nos dice: “Y quedaron asombrados de su doctrina, porque les ensañaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.” Esta es una marca distintiva entre un profeta verdadero y falso. Esto es porque, ciertamente, es viva la palabra de Dios y eficaz, y más cortante que espada alguna de dos filos, penetra hasta las fronteras entre el alma y el espíritu, hasta las junturas y médulas.” La palabra de Dios no puede tocar a alguien sin haber hecho una impresión o calmar la tormenta y, elementos en la vida de la persona. Cuando la palabra de Dios está predicada con autoridad, ello tiene mucho peso. Por otro lado, cuando la palabra de Dios está empleada para la manipulación y explotación de las personas, tiene consecuencias negativas en el falso profeta, y también en sus seguidores.
Así pues, debemos ser cuidadosos “de los profetas, que vienen a nosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces” (Mt 7, 15). Ellos se mueven y gritan como oráculo de Dios. Esta advertencia es muy importante porque, nuestra sociedad ha sido infestada y asediada por tales profetas y maestros falsos. Ellos usan todos los medios incluyendo a lo diabólico para ganar los pobres y ricos, mujeres desesperadas que están buscando esposos y bebés, jóvenes desesperados que no tienen trabajo, y todas clases de personas inocentes, para adoctrinar y explotar a ellos. Desafortunadamente, estos profetas falsos hablan “en nombre del Señor,” y con mucha autoridad retórica. Ellos han asumido los trabajos de los hechiceros y adivinos. Este es lo que Padre Ramón Arazu, C.S.Sp se refería que como “Priest Craft” (fraude de los ministros de la religión). Estos, instigan sentimientos espirituales en las mentes y familias de sus victimas para permanecer relevante, para ganar más gente a ellos mismos y, para vender sus artículos. Así Pues, en lugar de dirigir a la gente a Cristo, ellos dirigen la gente a comprar más “velas de santos” cual ellos han diseñando y importan de China; ellos dirigen la gente a comprar más “aceites de santos”, pañuelos, gorras, camisetas, panfletos, y otros artículos que ellos venden para mantenerse ellos mismos. Estos falsos profetas actúan a través estos artículos lo cual ellos venden antes o después de sus programas más que a través del espíritu de Jesucristo. Además, ellos les gusta mantener una autonomía de poder, territorial y financiera (Amos 7, 12-15), y por supuesto, deben tomar títulos que provoquen un sentido de misterio y miedo.
En vista de esto, ¿cómo podemos saber si un profeta habla en nombre del Señor o por Dios? ¡Cuando lo que el profeta dice es realizado! Esto parece como una respuesta muy buena, pero en este caso no contesta toda la pregunta porque, no siempre es verdadero. Esto es porque pablo nos recuerda: “Que el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz. Por tanto no es mucho que sus ministros se disfracen también de ministros de justicia. Pero, su fin será conforme a sus obras” (2 Cor 11, 14-15). A veces, sus predicciones se cumplen, pero cuando ellas no se han cumplido su simple excusa es siempre: “Dios ha cambiado su mente como lo hizo hacia Nínive” (Jon 3, 1-10). Sin embargo, la noticia triste es que un profeta auténtico puede convertirse en un falso profeta. Esto es cuando el profeta pierde foco, se ha enredado con ser mundano, se hace orgulloso, y por supuesto, cuando él se detiene escuchando a Jesús y la iglesia que lo ha llamado. En contraste a los escribas y fariseos, Jesús enseñó con autoridad personal que no fue basado tampoco en credenciales mundanas ni su capacidad para citar los precedentes, pero en el espíritu que descendió en Él, en el día de su bautismo (Mc 1, 10). Su única credencial es que, Él es el hijo de Dios (Mc1, 1). Así pues, su autoridad llega desde su padre. Por lo tanto, un profeta verdadero debe depender principalmente del Espíritu de Dios y no solo en artículos y precedentes.
Por fin, queridos hermanos, es muy importante que discernamos todos del espíritu y palabra de estos profetas, y tratemos de comparar a ellos con la palabra de Dios en la Sagrada Escritura. Lo que sea contrario al sentido sencillo de la Sagrada Escritura, o dé aspecto a una espiritualidad negativa, ciertamente no puede proceder de Dios. Continuemos escuchando a Jesús, y solo sus profetas auténticos que hablan por Dios porque, si ignoramos su llamada es lo mismo que ignorar Dios. Por lo tanto: “¡Ojala escuchéis hoy su voz; No endurezcáis el corazón…!”
¡La paz sea con ustedes!
¡Maranatha (Ven Señor Jesús)!