Sábado, II Semana de Pascua (Fiesta de San Marcos), Año A

San Marcos, ¡Ora por nosotros!

Lectura: 1ra: 1 Ped 5:5B-14; Sal 89; Ev Mc 16: 15-20

Esta breve reflexión fue escrita por el Reverendo Padre Njoku Canice Chukwuemeka, C.S.Sp. Él es un sacerdote católico y un miembro de la Congregación de los Padres y Hermanos del Espíritu Santo (Espirítanos). Él está trabajando con el Grupo Internacional Espirítano De Puerto Rico y República Dominicana. Él es el administrador de la Parroquia La Resurrección del Señor, Canóvanas y el Canciller de la Diócesis de Fajardo-Humacao, Puerto Rico. Para más detalles y comentarios se puede contactarlo encanice_c_njoku@yahoo.com, cancilleriadfh@gmail.com, canicechukwuemeka@gmail.com. 

Hoy, la iglesia celebra la fiesta de Marcos, el Evangelista. Aunque, en la Biblia, su evangelio se coloca en segundo lugar después de Mateo, se cree en gran medida que escribió el primer evangelio.

Además, el Evangelio de San Marcos es el más corto de los cuatro evangelios. Se originó en Roma, y fue dirigido a los romanos. Goza del mérito de la mejor presentación cronológica de la vida de Cristo.

La lectura de hoy forma parte del apéndice del Evangelio de Marcos que presenta una lista de las apariciones de Cristo (Mc 16, 1-15), y también, la descripción de su Ascensión al Cielo (Mc 16, 19-20).

Después de reprender a su discípulo por su falta de fe, Cristo les encargó para su misión: “Vagan al mundo entero, proclamen el Evangelio a toda la creación.” También los llenó de dones y poderes para llevar a cabo su misión.

Estos poderes todavía están activos en la iglesia hoy. Se les dio para mejorar las comunidades cristianas. La vida de muchas personas mejora porque entraron en una buena comunidad cristiana y comienzan a vivir una nueva vida en Cristo.

Así, por medio de la comunidad, Cristo continúa su misión. A través de nosotros, quiere continuar su misión para revelar la buena nueva del amor de Dios a los pobres, y a todo el mundo.

Por lo tanto, cualquier persona o comunidad cristiana que quiera ser testigo de la Resurrección debe ser un signo de vida. Debe luchar contra las fuerzas de la oscuridad para hacer el mundo un favorable y mejor lugar para la vida.

Esto fue lo que San Marcos, el evangelista, hizo toda su vida. Él jugó el papel de compañero, discípulo y traductor de Pedro. Él dio todo por la buena nueva, e incluso murió un mártir como obispo de Alejandría en Egipto.

San Marcos, ¡Ora por nosotros!  Alleluia, Alleluia! 

La paz sea con ustedes

¡Maranatha!

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