Mis ovejas escuchan mi voz
Lectura: 1ra: Hechos 11:19–22; Sal: 87; Ev John 10:22-3
Esta breve reflexión fue escrita por el Padre Canice Chukwuemeka Njoku, C.S.Sp. Es un sacerdote católico y miembro de la Congregación del Espíritu Santo (Espirítanos). Es un misionero en Puerto Rico. Es el Párroco de la Parroquia la Resurrección del Señor, Canóvanas y el Superior Mayor la Congregación del Espíritu Santo (Espirítanos), Circunscripción de Puerto Rico y Republica Dominicana. El Padre Canice es miembro de la academia de homilética (The Academy of Homiletics). Para más detalles y comentarios se puede contactarlo al canice_c_njoku@yahoo.com, canicechukwuemeka@gmail.com.
(https://orcid.org/0000-0002-8452-8392)
Hoy es martes de la cuarta semana de Pascua. Hoy, Juan continúa con la enseñanza de Cristo sobre el buen pastor.
Esta enseñanza ha dejado a los judíos en suspenso sobre la personalidad de Cristo. Así que, querían que Cristo definiera su identidad. Querían verificar, según sus propios criterios, si Jesús era o no el Mesías.
Así que, le dijeron, “¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo claramente”. Una pregunta que los satisfará intelectualmente. Desafortunadamente, el problema básico no es la prueba de que Jesús es el Mesías.
Más bien, era su desinterés en la verdad y las buenas obras de Cristo. Definitivamente, donde esta sinceridad y fe existe, Jesús es reconocido por sus ovejas. Sólo aquellos que lo siguen humildemente, pueden reconocer quién es.
También, Jesús sabe que aquellos que tienen ojos para ver reconocerán las obras que él hace y encontrarán fe en él. En este momento, Cristo reitera que es el buen pastor, que cuida de sus ovejas y ovejas.
El entendimiento mutuo entre Jesús y las personas que se abren a la verdad es la fuente de la vida eterna. Alleluia, Alleluia!
La paz sea con ustedes
¡Maranatha!