¡El Espíritu de la verdad me glorificará!
Lectura: 1ra: Hechos 17:15-16.22.18:1; Sal: 148; Ev John 15:12-15
Esta breve reflexión fue escrita por el Reverendo Padre Njoku Canice Chukwuemeka, C.S.Sp. Él es un sacerdote católico y un miembro de la Congregación de los Padres y Hermanos del Espíritu Santo (Espirítanos). Él está trabajando con el Grupo Internacional Espirítano De Puerto Rico y República Dominicana. Él es el administrador de la Parroquia La Resurrección del Señor, Canóvanas y el Canciller de la Diócesis de Fajardo-Humacao, Puerto Rico. Para más detalles y comentarios se puede contactarlo en: canice_c_njoku@yahoo.com, cancilleriadfh@gmail.com, canicechukwuemeka@gmail.com.
Hoy es el miércoles de la sexta semana de Pascua. El diálogo entre Cristo y sus discípulos sigue progresando muy bien.
Mientras Cristo se prepara para su viaje y ascensión al cielo, sigue preparando y equipando a sus discípulos para su nueva misión y viaje en la tierra.
El Evangelio de hoy comenzó con esta frase de Cristo: “Todavía, tengo muchas cosas que decirles…” Después de esto, Cristo continúa revelando y explicando la misión del Espíritu Santo a sus discípulos.
Por supuesto, si alguien tan importante viene, necesitan saber: Quién es, de dónde viene, por qué viene y cómo les será útil. Cristo está respondiendo y aclarando estas preguntas imaginarias en el corazón de sus discípulos.
Así que, Cristo nos reveló, otro atributo importante y misión del Espíritu Santo. Él es el Espíritu de la verdad. Por lo tanto, quien reciba el Espíritu Santo será plenamente iluminado en la verdad.
Luego, Cristo añadió: “Él me glorificará”. Ciertamente, esta es una de las principales misiones del Espíritu Santo. El testimonio y la revelación de la verdad por el Espíritu Santo serán el pico de la gloria de Cristo.
Como Cristo ya nos ha dicho, el Espíritu Santo no viene por sí mismo, ni por su propia cuenta. Más bien, viene a confirmar la obra de Cristo. A través de esto, junto con el Padre, glorificará a Cristo.
Finalmente, esta es la misión ultima del Espíritu Santo. Al ver la gloria de Cristo, igualmente, todos los que hemos creído verdaderamente en Cristo, doblaremos de rodillas para adorar y glorificar a Cristo, nuestro Señor y Salvador, que vive y reina por los siglos de los siglos. Alleluia, Alleluia!
La paz sea con ustedes
¡Maranatha!