¡San Antonio de Padua, ruega por nosotros!
Lecturas: 1ra: 1 Reyes 9:19-21; Sal: 15; Ev: Mt 5:33-37
Esta breve reflexión fue escrita por el Reverendo Padre Njoku Canice Chukwuemeka, C.S.Sp. Es un sacerdote católico y un miembro de la Congregación de los Padres y Hermanos del Espíritu Santo (Espirítanos). Está trabajando con el Grupo Espirítano de Puerto Rico y República Dominicana. Es el administrador de la Parroquia La Resurrección del Señor, Canóvanas y el Canciller de la Diócesis de Fajardo-Humacao, Puerto Rico. Para más detalles y comentarios se puede contactarlo en: canice_c_njoku@yahoo.com, cancilleriadfh@gmail.com, canicechukwuemeka@gmail.com.
Hoy, la Iglesia honra a uno de sus santos más populares, Antonio de Padua, sacerdote y doctor de la Iglesia.
Anthony nació en 1195 en Lisboa, Portugal y recibió el nombre de Fernando al Bautismo. A la edad de 15 años entró en la orden religiosa de San Agustín, y fue ordenado sacerdote después 9 años de estudio.
Luego le permitieron dejar ese priorato y recibir el hábito franciscano, tomando el nombre de Anthony.
Fue reconocido como un gran hombre de oración y un gran erudito de la escritura y la teología, y se convirtió en el primer fraile en enseñar teología a los otros frailes.
Luego fue enviado a predicar a los albigenses en Francia para convertir y asegurar a aquellos que habían sido engañados por su negación de la divinidad de Cristo y de los sacramentos.
Después, dirigió a los frailes del norte de Italia durante tres años, e hizo su sede en la ciudad de Padua, donde finalmente murió.
Anthony fue canonizado menos de un año después, y nombrado doctor de la Iglesia en 1946. Anthony de Padua, es el santo patrón de los artículos perdidos y robados.
En el Evangelio de hoy, Cristo sigue interpretando la Ley de una manera nueva. A través de esto, continúa invitándonos a un nivel más alto de espiritualidad y moralidad.
Hoy, reinterpreta el mandamiento: ” No jurarás en falso.” Más bien, dijo: No juren de ninguna manera.” Concluyó: Que su ‘Sí’ signifique ‘Sí’, y su ‘No’ signifique ‘No.
Por lo tanto, la meta de este mandamiento es la transparencia total en nuestra relación con los demás. Es decir, una vida cristiana auténtica.
así que, hoy, pidamos a Dios que nos mantenga fieles a su palabra, para que a través de ella seamos transparentes y veraces unos con otros.
¡San Antonio de Padua, ruega por nosotros
La paz sea con ustedes
¡Maranatha!