Entren por la puerta estrecha
Lecturas: 1ra: 2 Reyes 17:5-8.13-15.18; Sal: 60; Ev: Mt 7:1-5
Esta breve reflexión fue escrita por el Reverendo Padre Njoku Canice Chukwuemeka, C.S.Sp. Es un sacerdote católico y un miembro de la Congregación de los Padres y Hermanos del Espíritu Santo (Espirítanos). Está trabajando con el Grupo Espirítano de Puerto Rico y República Dominicana. Es el administrador de la Parroquia La Resurrección del Señor, Canóvanas y el Canciller de la Diócesis de Fajardo-Humacao, Puerto Rico. Para más detalles y comentarios se puede contactarlo en: canice_c_njoku@yahoo.com, cancilleriadfh@gmail.com, canicechukwuemeka@gmail.com.
Hoy es martes de la duodécima semana del tiempo ordinario. Hoy, Cristo nos presenta tres preceptos muy importantes.
Honestamente, este primer precepto de Cristo suena extraño a nuestra sensibilidad en la manera en que entendemos las palabras y las cosas en hoy en día. Esto es porque, puede presentar un verdadero problema.
Pero, esta es simplemente una forma de hablar en un idioma semítico. En la época de Jesús, y en la cultura antigua, los perros y cerdos no eran muy apreciados porque eran considerados salvajes.
Sin embargo, desde una perspectiva positiva, es la invitación de Cristo a nosotros a aplicar prudencia y, discernimiento en nuestra vida y misión cotidiana.
En el Evangelio de Mateo, la perla es la imagen del reino de Dios. Por lo tanto, Cristo quiere decir que, no sirve de nada perder el tiempo ofreciéndola a aquellos que obstinadamente no lo valoran.
El segundo precepto de Cristo es uno muy popular entre nosotros. Es la regla de oro: “Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes”. Este es una llamada para despertar nuestra conciencia.
Por supuesto, ninguno de nosotros desearía a sí mismo ningún mal. Ninguno de nosotros se odia a sí mismo. Todos tratamos de cuidarnos a nosotros mismos. Así que, Cristo nos dice que tampoco debemos odiar ni desear mal para otros.
Cristo resumió esto con el aspecto horizontal del mandamiento del amor: “Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mc 12:31).
Finalmente, Cristo nos dio un Consejo muy importante: “Entren por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y amplio el camino que conduce a la perdición, y son muchos los que entran por ello.
La palabra de Jesús no es algo que hay que solamente interpretar y entender, sino que es vida para aquellos que la toman en serio.
En este último discurso, Cristo estableció los principios de la vida eterna para nosotros. Sin embargo, solo los sabios toman la decisión correcta, y siguen ese camino que conduce a la vida.
Así que, pidamos a Cristo que nos haga sabios, para que podamos hacer la elección correcta.
La paz sea con ustedes
¡Maranatha!