El Espíritu de su Padre hablará por ustedes
Lecturas: 1ra: Os 14:2-10; Sal: 50; Ev: Mt 10:16-23
Esta breve reflexión fue escrita por el Padre Canice Chukwuemeka Njoku, C.S.Sp. Es un sacerdote católico y miembro de la Congregación del Espíritu Santo (Espirítanos). Es un misionero en Puerto Rico, la isla del encanto. Es el Canciller de la Diócesis de Fajardo-Humacao, Puerto Rico; Párroco de la Parroquia la Resurrección del Señor, Canóvanas, y el Superior Mayor la Congregación del Espíritu Santo (Espirítanos), Circunscripción de Puerto Rico y Republica Dominicana. Para más detalles y comentarios se puede contactarlo al: canice_c_njoku@yahoo.com, cancilleriadfh@gmail.com, canicechukwuemeka@gmail.com.
Hoy, el viernes de la decimotecera semana de tiempo ordinario, Mathew continúa con las instrucciones de Cristo a sus discípulos, en preparación para su misión.
Como estudiantes en formación para el futuro trabajo misionero, usualmente, esperamos con interés, escuchar a los confrades que están de breves vacaciones de sus diversas misiones, compartir sus experiencias con nosotros.
Mientras que unos podrían pintar una imagen muy desalentadora, otros simplemente dirán: “La misión es muy interesante”. Por supuesto, esto no significa que, fue muy fácil para ellos.
Así que, uno puede concluir que, aun con los mejores preparativos, diferentes personas (aun en la misma misión), pueden experimentar la misión de manera diferente. Es decir, para diferentes personas, la misma misión podría tener caras diferentes.
En el evangelio de hoy, Cristo recordó a sus discípulos que la misión no es “una cama de las rosas”. Más bien, está lleno de altibajos. Al mismo tiempo, les recordó la necesidad de confiar en Dios.
Les dijo: “¡Yo los envío como ovejas entre lobos!” Entonces, lo que sigue fue la naturaleza, y las formas en que estos lobos se manifestarán durante la misión de los discípulos.
Esto significa simplemente que, podríamos encontrarlos de maneras diferentes, incluso en la misma misión. Nada podría ser más directo que esto para un nuevo misionero.
En lugar de asustarlos, Cristo estaba preparando sus mentes de antemano, sobre la naturaleza de su misión. Fue para prepararlos para enfrentar, y abrazar la realidad y la enormidad de la tarea que estaba delante de ellos.
Sin embargo, en medio de todo esto, hay un consuelo: “No se preocupen por lo que van a decir…El Espíritu de tu Padre hablará por ustedes.” ¡Esta es otra bendita garantía!
De hecho, ningún verdadero misionero camina solo. El Espíritu Santo, el agente principal de la misión siempre lo acompaña. Él es el que proporciona la fuerza para soportar, y para seguir adelante. Esto es especialmente, en los momentos más difíciles.
Así que, pidamos al Espíritu Santo, la gracia de la fortaleza hasta el final, tanto para nosotros, como para todos los verdaderos testigos de Cristo.
La paz sea con ustedes
¡Maranatha!