Amor divino, mantiene a Cristo en su camino
Lecturas: 1ra: Is 50:4-9; Sal: 69; Ev: Mt 26:14-25
Esta breve reflexión fue escrita por el Padre Canice Chukwuemeka Njoku, C.S.Sp. Es un sacerdote católico y miembro de la Congregación del Espíritu Santo (Espirítanos). Es un misionero en Puerto Rico. Es el Párroco de la Parroquia la Resurrección del Señor, Canóvanas y el Superior Mayor la Congregación del Espíritu Santo (Espirítanos), Circunscripción de Puerto Rico y Republica Dominicana. El Padre Canice es miembro de la academia de homilética (The Academy of Homiletics). Para más detalles y comentarios se puede contactarlo al canice_c_njoku@yahoo.com, canicechukwuemeka@gmail.com.
(https://orcid.org/0000-0002-8452-8392)
Hoy es el cuarto día de la Semana Santa. Ayer el Evangelio habló de la traición de Judas y de la negación de Pedro. Hoy habla una vez más de la traición de Judas. En la descripción de la Pasión de Jesús en el Evangelio de Mateo, el fracaso de los discípulos está fuertemente subrayado.
A pesar de haber vivido tres años con Jesús, ninguno de ellos defendió a Jesús. Judas lo traicionó, Pedro lo negó, y los demás huyeron. Mateo narra todo lo que sucedió, no para desalentarnos, sino para demostrar que, el amor de Jesús es más fuerte que la derrota y el fracaso de los discípulos.

Esta forma de describir la actitud de Jesús fue una ayuda para las comunidades en la época de Mateo. Debido a las frecuentes tribulaciones como las que estamos de pasando ahora, muchos fueron desalentados y abandonaron a la comunidad.
Por lo tanto, el evangelio de hoy nos recuerda que, como seres humanos, podemos romper nuestra relación con Cristo, pero Cristo nunca la rompe con nosotros. Su amor es mayor que nuestra infidelidad. Cristo aceptó su destino. Él no toma represalias, no importa cuán vergonzosamente fue tratado. Amor divino, mantiene a Cristo en su camino.
Hoy podemos culpar a Judas que traicionó a Cristo por sólo treinta monedas de plata, o a Pedro que lo negó por el temor de los judíos. Sin embargo, la pregunta es, ¿cuántas veces hemos traicionado a aquel que nos amó tanto? ¿Cuántas veces hemos negado a Cristo a través de nuestras palabras, acciones e incredulidad?

Así que, esta Semana Santa, estamos invitados en nuestra oración en la Pasión, a ver cómo se esconde la divinidad. El Cristo que sufre, es Dios que todavía sufre el dolor, las injusticias, la avaricia y la traición de nosotros su pueblo hoy.
¡La paz sea con ustedes ¡
¡Maranatha!