Homilía del Decimo Noveno Domingo del Tiempo Ordinario, Año B

Cristo es el Pan Vivo y el Misterio de nuestra fe

Lecturas: 1ra: 1 Re, 19, 4-8; Sal 33; 2raEf 4, 30. 5,2; Ev: Jn 6, 41-51

Esta breve reflexión fue escrita por el Padre Canice Chukwuemeka Njoku, C.S.Sp. Es un sacerdote católico y  miembro de la Congregación del Espíritu Santo (Espirítanos). Es un misionero en Puerto Rico. Es el Párroco de la Parroquia la Resurrección del Señor, Canóvanas y el Superior Mayor la Congregación del Espíritu Santo (Espirítanos), Circunscripción de Puerto Rico y Republica Dominicana. Fue el Canciller de la Diócesis de Fajardo Humacao, Puerto Rico. El Padre Canice es miembro de la academia de homilética (The Academy of Homiletics). Para más detalles y comentarios se puede contactarlo al canice_c_njoku@yahoo.com, canicechukwuemeka@gmail.com. 

(https://orcid.org/0000-0002-8452-8392)

Hoy es el decimonoveno Domingo del tiempo ordinario. Dios nos sigue trayendo a sí mismo para salvarnos, alimentarnos y fortalecernos en nuestro camino. Las lecturas de este domingo nos brindan otra oportunidad para continuar nuestra reflexión sobre el don de la Santa Eucaristía, el misterio de nuestra fe y la vida del mundo.

https://ppeditoresebooks.myshopify.com/collections/venta-digital/products/palabra-de-dios-desde-mi-corazon-1

En la primera lectura de hoy, el mismo Elías que derrotó a Acab, Jezabel y sus profetas enteros de Baal tiene miedo y corre por su vida. El mismo Elías que cerró los cielos durante tres años y medio, y más tarde trajo el fuego y la lluvia está aterrorizado y desanimado. Toda esperanza de supervivencia se perdió y Dios parecía haberle abandonado.

Esta lectura es muy interesante y alentadora de muchas maneras. Esto se debe a que muchos de nosotros estamos en el mismo barco ahora mismo con Elías. Muchas veces, he oído a la gente decirme: “Tengo miedo y estoy cansada de esta vida”. “Estoy solo en mi lucha.” “No creo que Dios siga oyendo mis oraciones,” incluso, “me siento como morir porque, es demasiado para mí a soportar.”

Esos momentos en la vida que nos provocan y nos obligan a hacer tales confesiones son realmente duros. Estamos casi en nuestra ruptura o punto cero. Como Elías, algunos de nosotros estamos huyendo de diferentes incertidumbres de esta vida. Estamos diciendo o actuando: “Basta ya, Señor. Quítame la vida.” Así que, podemos apreciar el predicamento de Elías. Sin embargo, como Elías, cuando pensamos que toda esperanza está perdida, Dios seguramente intervendrá para nutrirnos y fortalecernos.

En la segunda lectura, Pablo nos recuerda que, como hijos de Dios, llevamos la marca del Espíritu Santo. Esto es simplemente, para decir que Dios nunca nos deja solos en el valle o desierto de esta vida. Más bien, a través del Espíritu Santo, nos acompaña diariamente. Así que, en lugar de hacer que el Espíritu Santo se ponga triste a través de nuestras malas acciones, debemos obedecer, confiar y caminar con Él.

El Espíritu Santo nos lleva a Cristo el pan vivo que nutre y nos fortalece igualmente para nuestro viaje. Entonces, Pablo nos enseña cómo mantener esta relación con el Espíritu Santo: “Destierren de ustedes la aspereza, la ira, la indignación, los insultos, la maledicencia y toda clase de maldad. Sean buenos y comprensivos, y perdónense los unos a los otros.”

En el Evangelio de hoy, como Elías, Jesús confronta sus propios obstáculos. Los fariseos no creerían en él ni le dejarían tener su paz. En cambio, buscaron medios para desacreditar a Cristo y su obra. Sin embargo, Cristo no se dio por vencido. En cambio, permaneció concentrado. Él insistió: “Yo soy el pan vivo, que ha bajado del cielo. Cualquiera que coma este pan vivirá para siempre, y el pan que yo doy es mi carne para la vida del mundo “.

One-Time
Monthly
Yearly

Make a one-time donation

Make a monthly donation

Make a yearly donation

Choose an amount

$5.00
$15.00
$100.00
$5.00
$15.00
$100.00
$5.00
$15.00
$100.00

Or enter a custom amount

$

Your contribution is appreciated.

Your contribution is appreciated.

Your contribution is appreciated.

DonateDonate monthlyDonate yearly

La buena noticia de hoy, es que Cristo nos atrae cada día a través de la Eucaristía para nutrirnos y fortalecernos para nuestro viaje. Él es el pan vivo que satisface nuestra hambre espiritual. Igualmente nos llena de su espíritu que nos dirige en el camino correcto en nuestro viaje. Así que, hoy, Dios nos está diciendo como le dijo a Elías en el desierto: “Levántate, come, bebe,” y continúa tu viaje con una nueva esperanza, un nuevo celo y espíritu.

Por último, aprovechemos este generoso regalo que Dios nos ha dado a través de la Santa Eucaristía para enriquecer nuestras vidas. Debemos hacer lo que el salmista nos dice hoy: “Prueben y vean que el Señor es bueno”. Él es realmente el pan vivo de la vida. Él es el misterio de nuestra fe y de la vida del mundo.

¡La paz sea con ustedes!

¡Maranatha!

Advertisement

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Twitter picture

You are commenting using your Twitter account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s