El Espíritu de Servicio y Sacrificio
Lectura: 1ra: Is 53, 10-11; Sal 34; 2da: He 4, 14-16; Ev: Mc 10, 35-43
Esta breve reflexión fue escrita por el Padre Canice Chukwuemeka Njoku, C.S.Sp. Es un sacerdote católico y miembro de la Congregación del Espíritu Santo (Espirítanos). Es un misionero en Puerto Rico. Es el Párroco de la Parroquia la Resurrección del Señor, Canóvanas y el Superior Mayor la Congregación del Espíritu Santo (Espirítanos), Circunscripción de Puerto Rico y Republica Dominicana. Fue el Canciller de la Diócesis de Fajardo Humacao, Puerto Rico. El Padre Canice es miembro de la academia de homilética (The Academy of Homiletics). Para más detalles y comentarios se puede contactarlo al canice_c_njoku@yahoo.com, canicechukwuemeka@gmail.com.
(https://orcid.org/0000-0002-8452-8392)
Hoy la Iglesia nos invita a reflexionar sobre nuestra respuesta personal, a Cristo. Es una llamada a revitalizar nuestra fe, y re-dedicarnos a Cristo.
El evangelio se trata de la petición muy ambiciosa de Santiago y Juan, “Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte. Concede que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria”. Sin embargo, Cristo simplemente respondió, recordándoles la implicación de su petición: “¿Pueden beber el cáliz que voy a beber? Por supuesto, respondieron: “Podemos”.

Así que, a través de su diálogo con sus discípulos, Jesús abre nuestros ojos a las realidades delante de nosotros. Por preguntarlos, “¿Podrán pasar la prueba que yo voy a pasar y recibir el bautismo con que seré bautizado?” Jesús nos recuerda los desafíos que nos enfrentarán.
Misión es a servicio y sacrificio rendido en el amor por la salvación de todas las naciones. Este amor viene con paciencia y docilidad a la voluntad de Dios. Comienza por transformar al misionero en un gran instrumento para la salvación de los demás. Así que, hoy Cristo nos enseña que ser grande es estar listo para servir y hacer sacrificios por los demás.
Por lo tanto, Isaías nos recuerda que: “Por sus sufrimientos, mi siervo justificará a muchos, tomando sus culpas sobre sí mismo.” Así que, a través del servicio y el sacrificio, encontraremos y alcanzaremos nuestra propia salvación. Liberando a los demás, nos liberaremos a nosotros mismos. Al dar paz a los demás, encontraremos nuestra propia paz. Y, al identificarnos con otros, Cristo, se identificará con nosotros.
Hoy, la voz de la salvación nos sigue llamando a ser más fieles a la misión de Dios en tanto nosotros mismos y en otros. Nos recuerda los grandes desafíos que hoy nos enfrentamos en la misión de Dios. Esto incluye, los cambios en nuestra cultura, sociedad y estilo de vida que deben ser urgentemente evangelizados y redimidos.
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DonateDonate monthlyDonate yearlyLa buena noticia es que, podemos superar estos desafíos a través del espíritu de sacrificio y amor. Así que, en medio de todos estos desafíos, debemos encontrar consuelo en estas palabras de la carta a los hebreos: ” Acerquémonos, por lo tanto, con plena confianza al trono de la gracia, para recibir misericordia, hallar la gracia y obtener ayuda en el momento oportuno” (Hebreo 4:16).
Esta gracia es suficiente para lograr la misión de Dios. Por lo tanto, con el salmista, oremos: “Señor, que tu amor esté sobre nosotros, porque en ti confiamos.”
¡La paz sea con ustedes!
¡Maranatha!