Misión en el Espíritu de Sacrificio y Amor
Readings: 1st: Jer 31, 7-9; Ps 125; 2nd: Heb 5, 1-6; Gos: Mk 10, 46-52
Esta breve reflexión fue escrita por el Padre Canice Chukwuemeka Njoku, C.S.Sp. Es un sacerdote católico y miembro de la Congregación del Espíritu Santo (Espirítanos). Es un misionero en Puerto Rico. Es el Párroco de la Parroquia la Resurrección del Señor, Canóvanas y el Superior Mayor la Congregación del Espíritu Santo (Espirítanos), Circunscripción de Puerto Rico y Republica Dominicana. Fue el Canciller de la Diócesis de Fajardo Humacao, Puerto Rico. El Padre Canice es miembro de la academia de homilética (The Academy of Homiletics). Para más detalles y comentarios se puede contactarlo al canice_c_njoku@yahoo.com, canicechukwuemeka@gmail.com.
(https://orcid.org/0000-0002-8452-8392)
Hoy es el Domingo Mundial de las misiones. La Iglesia nos invita a reflexionar sobre nuestra respuesta personal, a la misión de Cristo. Es un día especial para revitalizar nuestra fe, y rededicarnos a la misión de Cristo. Es también, un día para mostrar una solidaridad especial a todos los verdaderos misioneros que han respondido al mandato de Cristo: “vayan, hagan discípulos de todas las naciones”.

Hoy, el Santo Papa Francisco no recuerda que “Misión es y ha sido siempre la identidad de la Iglesia: ‘Ella existe para evangelizar’ Nuestra vida de fe se debilita, pierde profecía y capacidad de asombro y gratitud en el aislamiento personal o encerrándose en pequeños grupos; por su propia dinámica exige una creciente apertura capaz de llegar y abrazar a todos”‘ ( Papa Francisco, mensaje para Domund, 2021).
Misión es a servicio y sacrificio rendido en el amor por la salvación de todas las naciones. Este amor viene con paciencia y docilidad a la voluntad de Dios. Comienza por transformar al misionero en un gran instrumento para la salvación de los demás. Así que, hoy Cristo nos enseña que ser grande es estar listo para servir y hacer sacrificios por los demás.
El Evangelio de hoy, tiene mucho que enseñarnos. Vemos al ciego y pobre Bartimeo anhelando par la curación y la liberación. No permitirá que esta oportunidad lo pase. Así que, como un hombre ahogándose, gritó por ayuda: “¡Jesús, hijo de David, ten piedad de mí!”
El ciego Bartimeo, representa nuestra situación humana colectiva que está constantemente anhelando para curación y liberación de la debilidad, enfermedad, la pobreza y pecado. Nuestra ceguera puede, no ser necesariamente la pérdida física de la visión. Sin embargo, podría ser cualquier cosa que limite y nos impida alcanzar, o maximizar nuestro potencial en la vida.
Para estar libres de estas limitaciones, primero, debemos reconocer humildemente que existen. Segundo, es interesante notar que, Bartimeo no creyó porque fue curado. Más bien, se curó porque creyó, y humildemente clamaba por ayuda. Así que, al ver su fe, Cristo le dijo: “¡Tu fe, te ha curado!” Hay un simple refrán que dice: “Si no estás cansado de orar, Dios no está cansado de oirte.”
Al celebrar el domingo de la misión hoy, la voz de la salvación nos siguellamando a ser más fieles a la misión de Dios en tanto nosotros mismos y en otros. Nos recuerda los grandes desafíos que hoy nos enfrentamos en la misión de Dios. Esto incluye, los cambios en nuestra cultura, sociedad y estilo de vida que deben ser urgentemente evangelizados y redimidos.
La buena noticia es que, podemos superar estos desafíos a través del espíritu de sacrificio y amor como el Papa Francisco nos dice hoy “El amor siempre está en movimiento y nos pone en movimiento para compartir el anuncio más hermoso y esperanzador: «Hemos encontrado al Mesías» (Jn 1,41). ¡Feliz el Domund!
¡La paz sea con ustedes!
¡Maranatha!