Homilía del Primer Domingo del Tiempo Ordinario, Año A

Bautismo del Señor

Lecturas: 1ra: Is 55, 1-11; Sal: Is 12, 2-6; 2da: 1Jn 5, 1-9; Ev: Mc 1, 7-11

Esta breve reflexión fue escrita por el Padre Canice Chukwuemeka Njoku, C.S.Sp. Es un sacerdote católico y  miembro de la Congregación del Espíritu Santo (Espirítanos). Es un misionero en Puerto Rico. Es el Párroco de la Parroquia la Resurrección del Señor, Canóvanas y el Superior Mayor la Congregación del Espíritu Santo (Espirítanos), Circunscripción de Puerto Rico y Republica Dominicana. El Padre Canice es miembro de la academia de homilética (Academy of Homiletics). Para más detalles y comentarios se puede contactarlo al: canice_c_njoku@yahoo.com, cancilleriadfh@gmail.com, canicechukwuemeka@gmail.com. 

(https://orcid.org/0000-0002-8452-8392)

Hoy es la fiesta del bautismo del Señor. Igualmente marca el final de la temporada de Navidad, año A. El Bautismo del Señor providencialmente se encuentra al principio del año. Celebra la llamada gratuita de Dios a nosotros de pertenecer a su rebaño. Es una manera de recordarnos quienes somos. Es decir, los miembros de la gran familia de Dios, a través de nuestro bautismo en Cristo.

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Según el Catecismo Católico, “el bautismo nos limpia del pecado Original y nos hace hijos de Dios (CCC 1213).” Por lo tanto, hoy en día es muy importante reflexionar sobre nuestro propio bautismo. Esto es, sobre todo, cuán fiel hemos de mantener nuestros votos bautismales. Estamos todavía diciendo, “Sí” a preguntas como: “¿rechazas a Satanás? ¿Rechazas el pecado? ¿Crees en un Dios y una Santa Iglesia Católica? ¿Crees en Jesucristo el unigénito Hijo de Dios?” ¿Cuán fieles hemos sido a estos votos?

Nuestra primera lectura de Isaías es una profecía acerca del Mesías que va a venir. Esto se cumplió en el Evangelio de hoy durante el bautismo de Jesús. El espíritu de Dios reposó sobre Él y dio testimonio de que Él es el hijo de Dios. En esta lectura, vemos el Dios Trinitario unido en acción. Dios el padre habló así: “Este es mi hijo amado en quien me complazco.” El Espíritu Santo dio testimonio de esto, descendiendo sobre el hijo como una paloma. Trabajaron juntos para realizar la redención de la humanidad a través del agua del bautismo.

En nuestra segunda lectura, Dios extendió su gracia de la redención a Cornelio y su casa entera como lo hizo con nosotros a través de la misma agua del bautismo. Sorprendido sobre el amor y la misericordia de Dios, Pedro declaró: “La verdad que ahora me he dado cuenta es que Dios no tiene favoritos, pero cualquier persona de cualquier nacionalidad que teme a Dios es aceptable a Él.” Esto demuestra que el agua del bautismo no segrega. Es para todos los que están dispuestos a pasar a través de ella.

En el Evangelio de hoy, aunque Jesús era mayor que Juan el Bautista, Él permitió que Juan lo bautizara. La lección más importante aquí es que Jesús trató de subrayar la importancia del bautismo para nuestra redención y vida como cristianos. No es un “signo simple”. Por el contrario, es un sacramento que deja una huella imborrable en el receptor. Este es el signo o marca que Dios ve y testifica: “¡Este es mi hijo amado, en quien me complazco!”

Permitiendo a sí mismo al ser bautizado, Cristo manifiesta su plena humanidad. En palabras de orden, nos muestra cómo Jesús se identifica plenamente con nosotros. Ordinariamente, el bautismo no era necesario para Jesús porque, “Él era como nosotros en todo, excepto el pecado” (Heb 4, 15). No fue afectado en ninguna manera por el pecado Original. Sin embargo, su bautismo como Él insistió era: “para cumplir con todo lo que la justicia exige.” Es un signo de que Cristo estaba listo para pasar a través de cualquier prueba por nuestra salvación. Lo que se va a sellar con su sangre en la Cruz, lo comienza a través del agua del bautismo. A través de su bautismo, Él santificó el agua de nuestro propio bautismo.

Por lo tanto, hoy la Iglesia nos llama a renovar nuestros votos bautismales a Dios. Esto es importante para que, en este año, Dios pueda seguir diciendo de nosotros: “Este es mi hijo amado en quien me complazco.”

¡La paz sea ustedes!

¡Maranatha!

https://www.youtube.com/watch?v=OGOX6elzL2k
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