Hosanna a nuestro Rey, Jesucristo
Lecturas: 1ra: Is 50: 4-7; Sal 21; 2da: Fil 2:6-8; Ev: Mt 26:14-26:66.
Esta breve reflexión fue escrita por el Padre Canice Chukwuemeka Njoku, C.S.Sp. Es un sacerdote católico y miembro de la Congregación del Espíritu Santo (Espirítanos). Es un misionero en Puerto Rico. Es el Párroco de la Parroquia la Resurrección del Señor, Canóvanas y el Superior Mayor la Congregación del Espíritu Santo (Espirítanos), Circunscripción de Puerto Rico y Republica Dominicana. El Padre Canice es miembro de la academia de homilética (Academy of Homiletics). Para más detalles y comentarios se puede contactarlo al: canice_c_njoku@yahoo.com, cancilleriadfh@gmail.com, canicechukwuemeka@gmail.com.
(https://orcid.org/0000-0002-8452-8392)
Hoy la Iglesia celebra la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén encaminado a su misterio Pascual. Hoy, todas las lecturas destacan el sufrimiento y la humildad de Cristo.

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La celebración de hoy está llena de símbolos. La palma verde es un símbolo de la paz: “Será el príncipe y rey de paz” (Is 11: 1-9; 9:6). También representa la realeza y la restauración. La multitud simboliza tanto alabanza y traición. La misma multitud cantando “¡Hosanna!” hoy, pronto gritará, “¡Crucifícalo!” Finalmente, el burro es el símbolo de la humildad de Cristo: “…Él es humilde. Él monta en un burro, hijo de una bestia de carga”(Zac 9:9).
El evangelio de hoy es la narración de la pasión de Cristo. Se podría dividir en tres escenas: la detención de Cristo; su acusación ante las autoridades romanas; su sufrimiento y muerte. Es tanto un drama de alabanza y de traición. Comenzó como una celebración, pero parece terminar como una tragedia.
Por lo tanto, el viaje que comenzó con alabanzas (Hosanna, hosanna), finalmente terminó con castigo (¡Crucifícalo, Crucifícalo)! Sin embargo, todavía, Dios está en control porque: “En todas las cosas, Dios trabaja para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados según su propósito” (Ro 8:28).

La humildad que Cristo demostró hoy es a contraria a la arrogante exhibición de poder, riqueza y fama de los líderes y gobernantes de hoy en día. Aunque siendo Dios, Cristo humildemente montó en una de las bestias más bajas.
El relato de la pasión de Jesucristo es muy importante para nuestra comprensión de la verdadera naturaleza de Cristo. Nos presenta la naturaleza de Cristo como un verdadero hombre. Él sufrió y murió como todos los otros seres humanos. Sin embargo, esto no disminuyó el hecho de que él es Señor y Dios.
A través de su pasión, se convirtió en nuestro modelo. También, su cruz convirtió en un símbolo de esperanza y salvación. Por lo tanto, antes de ver a Cristo como el Señor glorioso de la Pascua, primero, hay que verlo como el Cristo herido y crucificado.
Finalmente, como canteamos Hosanna, hosanna hoy, pidámosle a Dios que nos mantenga fieles hasta que cantemos el aleluya grande para la gloria de Cristo resucitado en el día de Pascua.
¡La paz sea con ustedes!
¡Maranatha!