El Espiritu de Cristo nos Confirma
Lecturas: 1ra: Hch 8: 5-8. 14-17; Sal: 65; 2da: 1 Ped 3:15-18; Ev: Jn 14: 15-23
Esta breve reflexión fue escrita por el Reverendo Padre Njoku Canice Chukwuemeka, C.S.Sp. Él es un sacerdote católico y un miembro de la Congregación de los Padres y Hermanos del Espíritu Santo (Espirítanos). Él está trabajando con el Grupo Internacional Espirítano De Puerto Rico y República Dominicana. Él es el administrador de la Parroquia La Resurrección del Señor, Canóvanas y el Canciller de la Diócesis de Fajardo-Humacao, Puerto Rico. Para más detalles y comentarios se puede contactarlo en: canice_c_njoku@yahoo.com, cancilleriadfh@gmail.com, canicechukwuemeka@gmail.com.
Hoy es el sexto domingo de Pascua. Al acercarse la fiesta de Pentecostés, la Iglesia nos invita a celebrar la llegada del abogado. Ella nos llama a celebrar el espíritu de la verdad que nos fortalece en la proclamación de la buena noticia. El mensaje que llevamos no es falso, más bien, proviene del abogado.
La primera lectura es una continuación de los sinceros esfuerzos de los discípulos de Cristo a dar testimonio al Señor resucitado. A través de sus esfuerzos, los Samaritanos recibieron sus sacramentos de bautismo y confirmación. En este día, Pedro realiza su función episcopal por imponer las manos sobre los nuevos conversos.
Los Samaritanos necesitan el Espíritu Santo tanto como lo necesitamos hoy, porque, es el Espíritu Santo que fortalece y hace a uno un verdadero soldado de Cristo (CIC1303-5). Él nos ayuda a dar testimonio de la verdad sin temor: “No han recibido el espíritu de timidez, sino el espíritu de la filiación.”
El espíritu testimonia que somos hijos de Dios (Ro 8:15-16). Es, este mismo espíritu que resucitó a Cristo, que da vida a nuestro cuerpo mortal (Ro 8:11). Como el principal agente de evangelización, se confirma la verdad que predicamos.
Como hace falta un par de semanas de Pentecostés, en el Evangelio de hoy, Jesús nos promete el Espíritu Santo, el defensor. Sin embargo, se da una condición para recibir el Espiritu Santo, nuestro abogado: “Si me aman guardaran mis mandamientos.” Cuando hacemos esto, Cristo añade: “voy a pedir al padre y les dará otro abogado que estará con ustedes para siempre, ese espíritu de la verdad. Yo no les dejaré a huérfanos.”
¿Qué es este mandamiento que debemos tener para recibir el espíritu de verdad? Es: “vayan al todo mundo y predican la buena nueva a toda la creación (Mc 16:15). Además, es, cumplir el mandamiento de amar a Dios y a nuestro prójimo (Lucas 10:25-27).
Cuando hacemos esto, sin duda estamos predicando la buena noticia de verdad. El abogado llega y nos fortalece en el camino de verdad. También él vendrá a confirmar que, de verdad, somos hijos de Dios. Por lo tanto, oremos: Ven, Espíritu Santo, y renueva la faz de la tierra. Alleluia, Alleluia!
La paz sea con ustedes
¡Maranatha!