San Filipo Neri, ruega por nosotros
Lecturas: 1ra: Hch 20:17-27; Sal: 68; Ev: John 17:1-11
Esta breve reflexión fue escrita por el Reverendo Padre Njoku Canice Chukwuemeka, C.S.Sp. Él es un sacerdote católico y un miembro de la Congregación de los Padres y Hermanos del Espíritu Santo (Espirítanos). Él está trabajando con el Grupo Internacional Espirítano De Puerto Rico y República Dominicana. Él es el administrador de la Parroquia La Resurrección del Señor, Canóvanas y el Canciller de la Diócesis de Fajardo-Humacao, Puerto Rico. Para más detalles y comentarios se puede contactarlo en: canice_c_njoku@yahoo.com, cancilleriadfh@gmail.com, canicechukwuemeka@gmail.com.
En este martes de la Séptima semana de Pascua, la iglesia celebra la memoria de un gran santo, Felipe Neri.
Philip Neri (1515-1595) nació en Florencia y murió en Roma. Vivió una infancia impecable en Florencia.
Más tarde, llegó a Roma y después de vivir durante quince años como peregrino y ermitaño fue ordenado sacerdote. Era el fundador de la Congregación del Oratorio.
El evangelio de hoy según San Juan, es en las palabras que Jesús dirigió al Padre en el momento de su despedida y salida de. También, fue el último encuentro de Cristo con sus discípulos.
Es el testamento de Jesús en forma de oración. Esta oración se llama la Oración Sacerdotal. Después de una larga reflexión de Cristo con sus discípulos, lo terminó con una oración emocionada al Padre.
A través de esta oración, Cristo expresó los sentimientos y preocupaciones que tenía en ese momento que estaba saliendo este mundo, y regresando al Padre. Con estos sentimientos Cristo intercedió por nosotros ante su padre.
También, en esta oración, expresó el sentimiento más íntimo de su corazón en la presencia del Padre, porque, sabía que era hora para que el sea glorificado.
Cristo ha cumplido su misión. Él nos ha mostrado el camino hacia la vida eterna. Así que, nos queda seguirlo si queremos disfrutarlo. La vida eterna no es solo para el futuro. Es un regalo que se da en parte ahora, y la recibimos a través de nuestra fe en Cristo.
San Filipo Neri, ruega por nosotros
La paz sea con ustedes
¡Maranatha!