“Are you the one who is to come, or should we look for another?”

Lk 7:18-23

In today’s gospel, john’s disciples served as the link of communication between Christ and him. So, he sent two of them to go and ask Christ: “Are you the one to come or should we wait for another?”  This question is about waiting. Indeed, John knows that someone must come, however, the problem is whether it is Jesus or must they wait for another.

Waiting is not an easy game. It can be compared to a child waiting for the return of his or her mother. He may continue to distract himself by playing around, or get tired of waiting and fall asleep in order not to bother him or herself any more. “If she likes let her come back, if she likes let her remain there, I am tired of waiting! This is what sleeping off could mean.

So, in the waiting game, the players must be rich in the virtue of faith, patience and alertness. It is a period of trial and much temptation. During this period, either of two things may happen to a Christian.  First, he or she might lose his or her faith.  This may be expressed as different questions and denials. Second, his or her faith might become stronger. This could be expressed through actions and positive professions.

“¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?”

Lk 7:18-23

En el Evangelio de hoy, los discípulos de Juan sirvieron como el vínculo de comunicación entre Cristo y él. Entonces, envió a dos de ellos a preguntar a Cristo: “¿Eres tú el que venga o debemos esperar a otro?” Esta pregunta es sobre esperar. De hecho, Juan sabe que alguien debe venir, sin embargo, el problema es si es Jesús o debe esperar a otro.

Esperar no es un juego fácil. Se puede comparar con un niño que espera el regreso de su madre. Puede continuar distraerse jugando, o cansarse de esperar y quedarse dormido para no molestarse más. “Si le gusta que regrese, si le gusta que permanezca allí, ¡estoy cansado de esperar! Esto es lo que podría significar dormir.

Así que, en el juego de espera, los jugadores deben ser ricos en la virtud de la fe, la paciencia y la alerta. Es un período de prueba y mucha tentación. Durante este período, cualquiera de dos cosas puede suceder a un cristiano. Primero, él o ella podría perder su fe. Esto puede expresarse como preguntas y denegaciones diferentes. Segundo, su fe podría volverse más fuerte. Esto podría expresarse a través de acciones y profesiones positivas.